viernes, 13 de febrero de 2015

Un día volviendo al pasado para descubrir un gran escritor de mi Andalucia

Hola chicos, hoy comienzo este post dedicado a la vivencia de un día del escritor Juan Ramón Jimenez.

Una mañana fría y de neblina, habíamos quedado con mis titos, prima y una amiga, para pasar el día en Moguer cuna del escritor Juan Ramón Jimenez, estábamos a la entrada del pueblo cuando llegó mi familia, aparcamos y nos fuimos directos a la casa donde nació el escritor, allí ya habían mas personas, pues habíamos concertado con un guia para que nos explicase todo sobre Juan Ramón.

Estando esperando, apareció entre la neblina un chico, me impresionó pues venia vestido como el escritor, cuando entramos en la casa, de seguida me trasporte a la época del escritor, mientras el chico nos iba explicando, que allí nació Juan Ramón Jimenez, sus primeros años de vida, nos enseño esta su primera casa,





Despues nos paso por un hermoso patio, donde nos llevaría a una gran sala y nos puso un vídeo de imágenes de la vida del escritor, yo a veces cerraba los ojos y me imagina todo.




Sus padre se dedicaban al comercio del vino, tenia gran éxito.



Salimos de esta su primera casa y fuimos paseando por Moguer, recorriendo las calles por donde el escritor habría jugado y recorrido en su vida, llegamos a la iglesia donde el chico nos siguió explicando y leyendo algunos de los escritos que nos dejo.






A sus 6 años se trasladarían a una nueva casa situada en la calle Nueva, Juan Ramón pudo realizar sus estudios, termina bachiller y obtiene el titulo de bachiller en Artes.
Al entrar en la casa me quedé prendada, tenían un salón con un pozo en medio y unos techos altos terminados con cristaleras de colores.



Seguimos recorriendo la casa, que tenía dos plantas y una gran patio, a la vez que nos iba contando la vida de Juan Ramón.




Este vestido era de su   amor Zenobia, que sería su compañera y esposa hasta su muerte.

Seguimos visitando su casa hasta encontrarme con este salón que era su cuarto de escritura



Me quedé embobada, lo imaginaba sentado, escribiendo sus poemas, sus escritos y me transporte a mi casa a mi rinconcito donde escribo, mis pensamientos,mis sentimientos y pienso ojala llegue a ser una buena escritora.
El chico nos seguía guiando por la casa, por cada rincón del hogar



Era una casa acogedora, por cada salón o rincón, me imaginaba la vivencia de aquella época.
Luego salimos al patio de la casa, era grande.



Allí se encontraba, el lavadero donde se lavaba las ropas y las cosas de su burrito Patero, que fue y es una de las principales obras de este gran escritor.





 Ya por último me gustaría despedirme de este post, con una frase corta dedicado  al recuerdo del escritor y de una de sus grandes obras.

Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.

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